DE LA MANO DE MIS AMIGOS HAGO UN MUNDO MEJOR
Nuestro Centro Educativo tuvo como desafío profundizar día a día, el desarrollo armónico de nuestros niños como personas, desde una mirada integral. La propuesta de este campamento nos ofreció una posibilidad única de aprendizaje en donde se trabajaron con los cuatro centros vitales: el corazón (libertad y decisiones), la mente (el saber), las manos (la acción) y los pies (la realidad en que vive).
Fue una experiencia que posibilitó trabajar el encuentro, los vínculos, la comunicación y la interacción con otros reforzando en los niños diferentes valores: el respeto a las posesiones de otros individuos y a sus propios compañeros, el compañerismo al trabajar en equipo, la solidaridad, la fraternidad y la escucha. Dichos valores se trabajan día a día en todas las áreas, especialmente en Formación Ética y Ciudadana y Catequesis, pero en esta oportunidad lo pudieron vivir en un ámbito diferente.
El campamento fue una gran oportunidad para descubrir a Dios Padre presente en el regalo de la naturaleza, entrar en contacto con Él junto a los compañeros y reafirmar los lazos fraternos con los otros, con Dios y con nosotros mismos. En nuestra experiencia creyente reconocemos que Dios nos creó con una gran diversidad de dones para ser puestos al servicio de los demás. Cada ser humano en el desarrollo, de aquello mismo que lo constituye en su propia belleza, es para los demás un reflejo de la belleza del Creador, es así que nuestras vidas pueden ser un concierto de luces que en armonía expresen la Belleza total del Creador. La invitación a vivir en comunidad y construir lazos de amistad que hacen posible la entrega de los dones recibidos al servicio de los demás.
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